Tetzcuco

El sistema hidrográfico del Valle de México, a la llegada de los españoles.
Laguna de Tetzcuco, hacia finales del siglo XIX.
Glifo o ideograma nahuatl de Texcoco

Tetzcuco (también Tezcuco, Tetzcoco o Texcoco, como se denomina la moderna población) (del náhuatl: Tētzicohco ‘Lugar donde se retiene gente’) fue la cabecera de un importante señorío nahuatlaca que formó parte de la Triple Alianza en compañía de México-Tenochtitlan y Tlacopan. Después de haberse liberado del yugo de los tepanecas de Azcapotzalco, fue cuna del tlatoani Nezahualcóyotl, uno de los principales líderes de la Triple Alianza y, además, poeta y arquitecto.

Aunque la antigua ciudad indígena fue prácticamente destruida por los españoles en los primeros años posteriores a la Conquista de México, quedan algunos restos de la antigua ciudadela de Tetzcutzinco, cuya construcción fue encabezada por el mismo Nezahualcóyotl.

Con base en la etimología náhuatl, extranjera europea y americana, y en los códices, así como en las reglas gramaticales, Texcoco (con frecuencia escrito también como cerro del papagallo) tiene las siguientes raíces: tē- (gente), tsikoa (retener), -ko (locativo), por lo que su traducción sería “lugar donde se retiene gente”.[1]

Una de las causas de los diferentes significados de la palabra Texcoco, son las diversas formas en que los códices representan a este lugar. Por ejemplo, en el Códice Azcatitlán su representación pictográfica es una piedra, símbolo del cerro o lugar con una flor encima; en el Códice Cruz aparece el signo del lugar o cerro con una olla encima; en el Xólotl se puede observar un cerro y una piedra que a su vez tiene una olla encima; en el Mapa Quinantzin se encuentra una olla de donde sale una planta con material pétreo al fondo.[1]

La participación decisiva de Texcoco en el proceso de Conquista ha quedado opacada por la alianza de Cortés con Tlaxcala, a pesar de que su líder, Ixtlixóchitl II, contribuyó con un ejército muy numeroso y logró atraer la colaboración de numerosas provincias:

«"...Ixtlilxóchitl procuraba siempre traer a la devoción y amistad de los cristianos, no tan solamente a los del reino de Tetzcuco, sino aun a los de las provincias remotas, enviándoles a decir que todos se procurasen dar de paz al capitán Cortés y que aunque de las guerras pasadas algunos tuviesen culpa, era tan afable y deseaba tanto la paz, que luego al punto los recibiría en su amistad; de los que así se iban atrayendo, fueron a esta sazón los de las provincias de Tozapan, Maxcaltzinco, Nauhtlan y otros de su contorno, los cuales habiendo visto a Ixtlilxóchitl, le dieron cantidad de mantas y otras cosas de las tres cabezas de aquellas provincias, quien hizo las diesen al capitán Cortés, y que se le dieran por sus amigos, dando la obediencia a su majestad y en señal de ella, cantidad de mantas de algodón; Cortés lo agradeció mucho y les dio su palabra que siempre los tendría por amigos, con lo que se volvieron muy contentos
Capítulo XCII Relación de la avenida de los españoles y principio de la ley evangélica. Fernando de Alva Ixtlilxóchitl.»
  1. a b «Estado de México - Texcoco». www.inafed.gob.mx. Archivado desde el original el 26 de julio de 2017. Consultado el 5 de diciembre de 2015. 

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