Mediadora (en latín: mediator) en mariología católica, el título mediadora se refiere al papel intercesor de la Virgen María como mediadora en la redención salvífica de su hijo Jesucristo y que otorga gracias a través de ella. Mediadora es un título antiguo que ha sido utilizado por muchos cristianos desde al menos el siglo V. Su uso creció durante la Edad Media y alcanzó su apogeo en los escritos de Luis María Grignion de Montfort en el siglo XVIII.[1][2][3]
Se atribuye a María un papel general de mediación o intercesión en la religión católica y en las Iglesias ortodoxas.[4] El término "Mediadora" se le aplicó en la constitución dogmática Lumen gentium del Concilio Vaticano II.[5]
«Esto, sin embargo, debe entenderse de tal manera que no quita ni agrega nada a la dignidad y eficacia de Cristo, el único Mediador»