El perfeccionismo, en psicología, es un amplio rasgo de la personalidad caracterizado por la preocupación de una persona para alcanzar la impecabilidad y la perfección, y que va acompañado de autoevaluaciones críticas y preocupaciones con respecto a las evaluaciones de los demás.[1][2] Se conceptualiza mejor como una característica de personalidad multidimensional y con múltiples capas, e inicialmente algunos psicólogos pensaron que había muchos aspectos positivos y negativos.[3]
El perfeccionismo desadaptativo lleva a las personas a preocuparse por alcanzar ideales inalcanzables o metas poco realistas que a menudo conducen a muchas formas de problemas de adaptación, como depresión, ansiedad, TDAH, TOC, TOCP y baja autoestima. Estos problemas de adaptación a menudo conducen a pensamientos y tendencias suicidas e influyen o provocan otros problemas psicológicos, físicos, sociales y de logros posteriores en niños, adolescentes y adultos. Aunque las perspectivas perfeccionistas pueden reducir el estrés, la ansiedad y el pánico, datos recientes, recopilados por los psicólogos británicos Thomas Curran y Andrew Hill, muestran que las tendencias perfeccionistas están aumentando entre las últimas generaciones de jóvenes.[4]