Asesor robótico, Gestión de cartera automatizada, Robo-advisor o Robo advisor es un servicio que entrega una empresa de Tecnología financiera al realizar las actividades de asesoramiento y/o gestión de carteras de forma automatizada[1] y se realiza en consideración a las circunstancias personales del inversor.
Las inversiones las selecciona una máquina en base a una serie de algoritmos programados, Macrodatos y/o inteligencia artificial por el comité de inversión de la FinTech. El equipo de inversiones diseña la estrategia y los instrumentos que nutren la plataforma del Asesor Robótico. Con esta información se crea un número de carteras de inversión ajustadas a los diferentes perfiles de riesgo.
De esta forma, cuando un cliente completa el test de idoneidad que determina qué productos financieros y en qué proporción debe contratarlos, el Asesor Robótico puede asignarle de forma automática la cartera que le corresponde por su perfil[2] y deberá controlar los límites de riesgo y hacer los ajustes necesarios a lo largo del periodo de inversión de cada cliente.
Entre las muchas ventajas que ofrecen los robo advisor[3] para un inversor medio, destacan su habilidad para diversificar mundialmente las carteras en miles de posiciones, las bajas comisiones que cobran respecto a muchas otras opciones, los importes con los que se puede empezar a invertir a través de ellos, y su capacidad para automatizar los ajustes de todas las carteras. Se trata de una inversión de tipo pasiva, y que al contrario que en la gestión activa, el usuario no tiene que realizar la compra de acciones directamente ni preocuparse por rebalancear la cartera en ningún momento.
Todas las FinTech especializadas en el asesoramiento o gestión de productos de inversión deben de estar aprobadas, registradas y reguladas por el regulador correspondiente para poder ejercer sus servicios y asegurar que cumplen la normativa vigente. En el caso de España esta función la realiza la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).