Un examen de sangre o análisis de sangre es un análisis de laboratorio realizado en una muestra que puede ser de sangre completa, plasma o suero. Usualmente es extraída de una vena del brazo usando una jeringa. También puede recogerse la muestra pinchando un dedo, o tomando sangre arterial.[1]
Un análisis de sangre es una de las pruebas más comunes que utilizan los proveedores de atención médica para controlar la salud general o ayudar a diagnosticar afecciones médicas. Es posible que a una persona se le realicen un análisis de sangre como parte de un examen físico de rutina o porque tiene ciertos síntomas.[2]
Hay muchos análisis de sangre diferentes. Algunas pruebas se centran en las células sanguíneas y las plaquetas. Algunos evalúan sustancias en la sangre como electrolitos, proteínas y hormonas. Otros miden ciertos minerales en la sangre.
Independientemente del motivo por el que se realice un análisis de sangre, es importante recordar que los análisis de sangre ayudan a los proveedores de atención médica a diagnosticar problemas de salud. Pero los resultados de los análisis de sangre no son un diagnóstico. Un resultado anormal en un análisis de sangre puede no significar que tenga una afección médica grave.