La historia de Suecia describe el pasado de Suecia y cómo se convirtió en el estado actual. Las cronologías históricas suelen comenzar con la ocupación de Escandinavia cuando el hielo se retiró definitivamente, hace unos trece mil años. Se dieron cambios demográficos importantes al inicio de la cultura de agrícola de los vasos de embudo, aproximadamente hace 6200 años, así como durante la Edad del Bronce y la Edad del Hierro.
El historiador romano Tácito mencionó a los suiones, en el año 98 d. C.,[1] posiblemente el mismo grupo étnico denominado svitjod ('pueblo sueco') en un manuscrito del año 1000 del poema anglosajón Beowulf;[2] este grupo habitaba Swēorice (Suecia), un estado de extensión desconocida con centro en la antigua Uppsala. Existen varias menciones a los habitantes de Suecia en la época vikinga, principalmente provenientes de otros países. La sociedad experimentó un gran cambio con la llegada del cristianismo a Escandinavia y Suecia se configuró con una entidad estatal estable hacia del siglo XIII.
Durante el siglo XV, Suecia formó parte de la Unión de Kalmar junto con Noruega y Dinamarca. Este periodo estvo marcado por numerosos conflictos que impidieron la consolidación de la Unión, disuelta en 1523 con la elección de Gustavo Vasa como rey de Suecia. Gustavo Vasa estableció el estado sueco moderno, llevó a cabo la Reforma protestante en Suecia y logró estabilizar el estado y las finanzas de reino gracias a la confiscación de los bienes de la Iglesia Católica. Sus descendientes iniciaron la expansión de Suecia hacia el Báltico y entre el siglo XVII y parte del siglo XVIII Suecia se estableció como una gran potencia. El zar ruso Pedro el Grande puso fin al Imperio Sueco con la Gran guerra del Norte.