En sociología matemática y análisis de redes, los lazos[1] o vínculos interpersonales[2] son definidos como conexiones portadoras de información entre actores, personas o individuos. En general pueden ser de tres tipos: fuertes, débiles o ausentes.[3]
Se sostiene que los lazos interpersonales débiles son los más presentes en las redes sociales en la sociedad, así como los mayores responsables de la transmisión de información a través de dichas redes. Específicamente, existe más información nueva que fluye a los individuos a través de lazos interpersonales débiles que fuertes. Debido a que nuestros amigos cercanos tienden a moverse en los mismos círculos sociales que nosotros, la información que ellos reciben se superpone considerablemente con la que ya conocíamos. Nuestros conocidos, en cambio, conocen más personas que nosotros no, y por lo tanto reciben más información nueva que nos es desconocida.[3]
De acuerdo con Granovetter, los lazos interpersonales ausentes («absent ties») corresponden a aquellas relaciones que carecen de un significado sustancial, tales como las de vecinos que viven en una misma calle, que sólo se ubican y saludan pero en realidad no se conocen, o la relación que se entabla cuando uno va a comprarle frecuentemente un producto a un mismo vendedor. Asimismo, el hecho que dos personas se conozcan sus nombres no califica necesariamente para la existencia de un lazo débil. Si la interacción de estos es despreciable entonces el lazo es ausente. La fuerza de un lazo interpersonal es una combinación de la cantidad de tiempo, intensidad emocional, intimidad (o mutua confidencia) y servicios recíprocos de las partes que caracterizan a cada lazo.[4]