El nestorianismo o difisismo (del griego δύς (dys) ‘dos’, y φύσις (physis) ‘naturaleza’) es un término utilizado en la teología cristiana y en la historia de la Iglesia para referirse a varios conjuntos de enseñanzas relacionadas entre sí pero doctrinalmente distintas.[1] El primer significado del término está relacionado con las enseñanzas originales del teólogo cristiano Nestorio (m. 450 d. C.), quien promovió doctrinas específicas en los campos de la cristología y la mariología. El segundo significado del término es mucho más amplio y se relaciona con un conjunto de enseñanzas teológicas posteriores, que tradicionalmente se etiquetaron como nestorianas, pero que difieren de las enseñanzas de Nestorio en su origen, alcance y terminología.[2]
La doctrina de Nestorio es una interpretación cristológica herética dentro del cristianismo que considera a Cristo radicalmente separado en dos naturalezas, una humana y una divina, ambas plenas de modo tal que conforman dos entes independientes, dos personas unidas en Cristo, que es Dios y hombre al mismo tiempo, pero formado por dos personas (prosopōn) distintas. Nestorio fue anatematizado en el concilio de Éfeso en el año 431 por denunciar el uso del título Theotokos («Portadora de Dios») para María, insistiendo en que esto comprometía la realidad de la naturaleza humana de Cristo.
El nombre de «nestoriano» se usa también para referirse a la tradición o denominación de la Iglesia del Oriente, que se originó en Asia Menor y Siria y que incluía a la gran mayoría de los cristianos que vivían en Asia al este de la frontera del siglo V que separaba el imperio persa del imperio bizantino.[3] La separación entre la Iglesia del Oriente y la del Occidente (el llamado «Cisma nestoriano») se consolidó durante el período inmediatamente posterior a los concilios de Éfeso (431 d. C.) y de Calcedonia (451 d. C.), en el que se se llegó a acuerdos cuestiones fundamentales de cristología, condenando las ideas de Nestorio.[4] La perspectiva cristológica dominante entre los cristianos del lado persa—perspectiva que llamaban «nestoriana»—era que Cristo tenía dos naturalezas completas, perfectamente armoniosas entre sí, una divina y otra humana, mientras que la perspectiva dominante en el lado bizantino durante el período era que Cristo tenía una sola naturaleza, tanto humana como divina—una naturaleza que a los nestorianos les parecía problemáticamente menos humana que divina. Tal desacuerdo llevó a que la mayor escuela teológica de la región, la Escuela de Edesa, se viera forzada a trasladarse de Edesa en el Imperio bizantino a Nísibis en el Imperio persa sasánida, debido a su orientación nestoriana .[3]Bajo la influencia de Barsauma, el metropolitano de Nísibis, la Iglesia persa reconoció a Teodoro de Mopsuestia, la principal autoridad teológica nestoriana, como guardián de la fe correcta, en febrero de 486. Esta posición fue reafirmada bajo el patriarca Babaí (497-502), y desde entonces la iglesia ha sido nestoriana.