El discurso de odio (del inglés: hate speech) es la acción comunicativa que tiene como objetivo promover y alimentar una opinión prejuiciosa, errónea, estigmatizante y destructiva hacia un grupo de individuos históricamente discriminado o perseguido[1] por motivos raciales, étnicos, religiosos, de origen nacional, de orientación sexual, de identidad de género, de discapacidad, etc.[2] Este discurso es propagado con intención maliciosa para incitar al interlocutor o lector a participar de la humillación y marginalización contra el grupo, e incluso a cometer acciones violentas contra el mismo (incitación al odio).[3][1]
El discurso de odio ha generado un debate académico debido a que tanto la acción misma ejercida por los victimarios contra las víctimas como la censura a aquellos, como consecuencia de la defensa esgrimida por las víctimas contra los victimarios o por prevención, entra en conflicto con los derechos de las dos partes: hacia la víctima contra todo tipo de derechos, destacando la dignidad, y contra el victimario, principalmente, en su derecho de libertad de expresión.[4][5] En este sentido, si las expresiones de, por ejemplo, nacionalismo exacerbado o etnocentrismo, no contienen en sí intencionalidad de atacar a un grupo determinado, entonces "no constituyen problemas suficientemente graves como para justificar la utilización de los instrumentos legales que protegen a las víctimas" del discurso de odio.[6]