Se conocen como fake news (pronunciado [fejk ɲuːz]), noticia falsa, noticia falseada,[1][2][3] infundio,[4] filfa[5] o, coloquialmente, totote ,[6] al tipo de bulo que consiste en un contenido seudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y que tiene como objetivo desinformar a un público en específico.
Se diseña y emite con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona u obtener ganancias económicas o rédito político. Al presentar hechos falsos como si fueran reales, es considerada una amenaza a la credibilidad de los medios de comunicación «serios» y los periodistas profesionales, a la vez que un desafío para el público receptor.[7]
Hacia 2020, la Fiscalía General del Estado de España emitió un documento bajo el título «Tratamiento penal de las “fake news”», en el que se enumeran algunos de los actos punibles, según la jurisprudencia española, vinculados a la propagación deliberada de falsa información.[8]
La difusión de noticias falsas con el objeto de influir en las conductas de una comunidad tiene antecedentes desde la antigüedad, pero dado que su alcance está relacionado directamente con los medios de reproducción de información propios de cada etapa histórica, su área y velocidad de propagación resultaba escasa en las etapas históricas previas a la aparición de los medios de comunicación de masas. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación permitió que la dispersión de noticias falsas,[9] y su utilización para fines políticos se transformara en una preocupación global.[10] Existe documentación que acredita que en la Segunda Guerra Mundial, Joseph Goebbels, hombre de confianza de Adolf Hitler, difundía mensajes falsos sobre la oposición con la intención de crear desconfianza.[11] A partir de fines del siglo XX, la difusión deliberada de información falsa se expandió a diversas áreas del conocimiento que de uno u otro modo son del interés del público, como los temas vinculados a la salud, la energía, etc.[12]
Las noticias ficticias publicadas en medios satíricos, si bien a veces desinforman, no son consideradas como desinformación en sentido estricto, ya que su objetivo humorístico, su falsedad evidente y el contexto del medio en que se emiten no llevan a confusión a los lectores. Las notas de las publicaciones El Deforma, The Onion, Charlie Hebdo, Barcelona, El Mundo Today o Actualidad Panamericana son ejemplo de este tipo de noticias ficticias.[13]
En idiomas extranjeros, la expresión inglesa fake news[14] fue elegida «Palabra del año 2017» por el diccionario angloparlante Collins,[15] En español, noticias falsas fue candidata a «palabra del año 2017» de la Fundéu.[16]